Una web se compone de muchas páginas. La primera, aquella por la que la gente entrará a la web, es clave: si no les gusta lo que ven, o tienen cualquier problema (por ejemplo, que tarde mucho tiempo en cargar), no seguirán visitando el resto de la web, se marcharán. Es lo que llamamos tasa o porcentaje de rebote. Y reducirlo ha de ser una de tus prioridades.
Qué es la tasa o porcentaje de rebote
Tú tienes la web de tu despacho, bien pulida y acabada, y ya estás recibiendo tráfico. Supongamos, 100 visitas a la semana. Ese tráfico que entra, tienes que medirlo de alguna manera, el simple dato de que llegaron 100 usuarios no es suficiente. ¿Qué hicieron esos usuarios?
Algunos estarían un buen rato en la web. Otros no. Y otros se marcharon demasiado rápido, como si hubieran rebotado en tu web saliendo de nuevo disparados hacia fuera. Eso es, en lenguaje llano, la tasa o porcentaje de rebote: el porcentaje de personas que entraron en tu web y salieron de ella demasiado pronto.
Ese “demasiado pronto” es la parte subjetiva que tendremos que definir.
Formalmente, se considera un “rebote” cuando el usuario abandona una página de tu web sin haber visitado ninguna otra página de la misma. Si no ha “navegado”, si no ha hecho “clic” en alguna parte, se considera una especie de “visita fallida”.
Esto, por supuesto, no acaba de ser cierto: un blog puede tener una tasa o porcentaje de rebote altísimo, y estar cumpliendo su función, porque la gente entra, lee el artículo, o incluso varios (si aparecen encadenados y completos), y se va.
Por lo tanto, depende mucho de la página.
Pero es que, además, es muy conveniente tener en cuenta el tiempo que tardan en marcharse. Y es conveniente porque eso te permite detectar errores en tu web.
¿Cuándo es “demasiado pronto”?
Algunas personas proponen 30 segundos. Otras, 5 segundos. Me parece irrelevante en general, es cuestión de afinar. Pero dejando de lado los números, lo que debes hacer es ponerte en la piel de esa persona y preguntarte por qué se ha marchado antes de 5, o 15 segundos. ¿Por qué no esperó más? ¿Qué fue lo que le hizo volverse tan rápido? Ya no es que no visitara tu páginas de Servicios, o el Sobre Nosotros. ¡Es que no tuvo tiempo ni de leerse entera la página principal!
¿Por qué se marcharon?
Ese es el objetivo final del porcentaje de rebote: obligarte a hacerte esta pregunta. Porque si muchos se marcharon muy rápido, es que algo estás haciendo mal.
Puede haber muchísimos motivos para que ese porcentaje aumente, hay que estudiar la web en profundidad. Pero aquí te dejo…
4 PROBLEMAS CLÁSICOS QUE AUMENTAN LA TASA O PORCENTAJE DE REBOTE:
- Tiempo de carga demasiado elevado: hemos insistido en esto en otros artículos del blog, pero es vital. En internet la gente va muy rápido. Lo quieren todo y lo quieren YA. Y odian las páginas lentas, odian quedarse frente a una pantalla en blanco que tarda en cargar, que primero se ven los marcos, luego el slide de arriba, luego empieza a cargar el fondo… nada, no se esperan, se marchan. Por eso es importantísimo rebajar todo lo posible el tiempo de carga de la web de tu despacho.
- Web fea: Esto es muy subjetivo, pero es un hecho real que debemos afrontar: a veces nuestras webs son feas. O quizá no feas, pero tristonas, sin vida. Todos hemos entrado en webs, que nada más llegar, algo te dice “no me gusta”. Y nos hemos marchado. Si con tu webmaster has cuidado todos los detalles y aún así tienes una tasa o porcentaje de rebote demasiado alto (enseguida definimos eso), quizá es que tu web no es atractiva, tiene algún error grosero de diseño, o no inspira la confianza que requiere un despacho de abogados en internet.
- Keyword stuffing: A estas alturas parece increíble que aún haya webs que incurran en esto, pero existen, vaya que sí. Keyword stuffing es una técnica perseguida y penalizada por Google, consistente en masacrar al usuario (y al buscador) con decenas y centenares de palabras clave de cierta relevancia. Muchas de las cuales, como es lógico, no tienen demasiada relación con el contenido real de tu web. Hoy día esto Google lo castiga mucho, pero aún hay veces en que llegas a una web por una búsqueda que nada tiene que ver con lo que te encuentras al llegar. Y claro, lo que haces es marcharte rápidamente.
- Sin enlaces internos relevantes: Los enlaces internos son las venas de tu web. A través de ellos fluyen los usuarios, de una página a otra. Pero a veces no son todo lo visibles que debieran. Y a veces perdemos oportunidades maravillosas de invitar a la gente a navegar por nuestra web. Pienso ahora mismo en el blog de un despacho. Se publica un artículo, digamos, sobre trámites de divorcio y posibles problemas legales. La persona entra, lo lee, queda satisfecha, y se va: en el post no había enlaces hacia artículos relacionados, bien sugeridos, bien enlazados en el mismo texto. Si se hubieran puesto esos enlaces, es probable que muchas de esas visitas hubieran hecho clic y hubieran visitado algunas páginas más (fortaleciendo su relación contigo, algo clave si lo que quieres es que esa persona acabe siendo tu cliente en algún momento).
Muy bien, pero, ¿cuándo es demasiado alta esa tasa? ¿Y dónde encontrarla?
La tasa de rebote es una de las estadísticas que te muestra Google Analytics: se trata de la herramienta esencial para estudiar estadísticas de la web, así que sólo tienes que consultarla (si sabes cómo funciona) o preguntarle por ella a tu webmaster, o quien se encargue de la web de tu despacho. En cuanto a la pregunta de “cuándo es demasiado alta esa tasa”, la respuesta es fácil: siempre. En un mundo ideal, la web perfecta tendría una tasa de rebote del 0%. Lo cual es imposible en el mundo real. Siempre hay alguien que se va sin hacer clic, siempre hay alguien que escapa demasiado pronto.
En esto, la mejor herramienta de medición es tu sentido común. Para una página principal de un despacho de abogados, donde esperamos que la gente haga clic a alguna otra parte, una tasa de rebote del 5% es una maravilla. En el 15% sigue siendo funcional. El 25% indicaría que hay algún problemilla que deberíamos subsanar lo antes posible. A partir de ahí, a mayor porcentaje, más serios son los “problemillas” y más urgentemente debes solucionarlos. Una tasa de rebote del 65% es una catástrofe, significa que estás tirando la mayor parte de tu tráfico a la basura. (Pero recuerda: ese mismo 65% en una página de tu blog, no es tan grave ni suele requerir más que algún arreglillo).
Hay que investigar, averiguar las causas, hacer pruebas hasta dar con el problema, y luego subsanarlo.
Pero si insistes en que te diga un porcentaje concreto a partir del cual puedes estar tranquilo, te lo plantearé así: no hay una tasa o porcentaje de rebote mínima a alcanzar. El objetivo es siempre reducirla. Sea la que sea.
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Sobre el autor:
Francisco Segura es experto en marketing online con más de 15 años de experiencia en el sector. Creador de marketingeficazabogados.es, y otros servicios de marketing online.