Digamos que tienes un despacho de abogados. Trabajas duro y la cosa va bien, y crees que es el momento de crecer y abrir un segundo despacho en otra ciudad. ¿Cuánto invertirías en ese despacho? Seguro que te lo tomarías en serio. Uno no se expande a otra ciudad de cualquier manera, a la buena de Dios, “abramos un despacho en Madrid que ahí vive un montón de gente y seguro que hay clientes”. Uno hace sus estudios, habla con los colegas, mira si hay espacio, oportunidad, elige cuidadosamente.
Tampoco te quedarías con el primer local que vieras. Buscarías y rebuscarías hasta dar con aquel espacio adecuado, en el lugar adecuado. Y lo cuidarías, no lo tendrías sucio y desordenado, o carente de necesidades básicas como un servicio, o unas estanterías.
Te rodearías de profesionales competentes. Cuidarías la imagen y la reputación con el mismo ahínco que en el primer despacho.
¿O acaso no? Pero entonces, ¿por qué no siempre se hace lo mismo en internet?
Un despacho digital
¿Por qué abres un segundo (o tercer, o cuarto…) despacho? Porque hay un lugar en el que existe espacio para crecer y dar servicio a más clientes, y quieres aprovecharlo. Así que abres un despacho en ese lugar.
Internet es un “lugar”. Millones de personas viven en él. Cuelgan sus fotos, explican su vida, hablan unos con otros, se chotean, se meten en líos, compran, venden, trafican, conspiran, se divierten, se enamoran. Trabajan. Buscan información. Buscan cosas que necesitan.
Miles de personas en España están buscando un abogado en internet. En este mismo momento, mientras lees esto, hay alguien buscando un abogado, por el motivo que sea, y podría estar en tu ámbito de actuación. Si no te lo crees, o todavía piensas que internet es un pasatiempo o una herramienta secundaria, te invito a ver estos números. Se trata de una pequeña búsqueda que acabo de hacer en la herramienta de palabras clave de Google (el buscador más utilizado de España, y del mundo, o al menos de Occidente), en la que nos indican el promedio de búsquedas mensuales que tiene en Google una determinada palabra clave:
En el último año, mil personas buscaron en Google “despacho de abogados” CADA MES.
3600 buscaron “abogados Madrid”. “Abogado de oficio” lo buscaron 1900 personas. “Abogados online”, 1600.
Y esto es solo una captura de algunas posibles búsquedas de personas que necesitan un abogado. Súmale a esto:
- Las búsquedas por cada ciudad de España (miles en las capitales)
- Las búsquedas por especialidad (“abogado laboralista”, “abogado matrimonialista”, “asesoría jurídica”, “abogados de familia”, “abogado penalista”, etc, también entre 800-1600 búsquedas mensuales)
- Los que van a saco (“divorcios”, 880 búsquedas mensuales)
- Los que hablan con Google como si fuera una inteligencia artificial (quizá ya lo es): “Necesito un abogado”, 70 búsquedas mensuales.
Muy bien, existe el lugar (internet) y existe la oportunidad (miles de personas necesitan lo que tú ofreces). ¿Por qué no abres un despacho allí dándole la importancia que merece?
El error más común
Se trata de una cuestión de perspectiva, pero lo he visto repetido cientos de veces, con empresas de diferentes sectores, y con despachos de abogados. Alguien tiene un despacho en, digamos, Almería, y busca clientes de Almería y alrededores, y los busca por boca-oreja, por contactos, por anuncios en periódicos, en guías, y también por internet.
Y ese es el error. Pensar que internet es simplemente otra herramienta por la que llegar a los clientes que también estás buscando en las guías y en los periódicos. Si te quedas en ese nivel, estarás desaprovechando totalmente las posibilidades de la red.
Internet te permite llegar a personas que seguramente nunca llegarían a conocerte, o a considerarte para llevar su caso. O quizá encontrarían tu anuncio en un periódico, pero lo ignorarían porque están interesados en el resultado del último partido de fútbol, no en buscar un abogado. No en aquel momento, al menos.
Porque esa es otra: internet es una oficina abierta las 24 horas. La persona que le está dando vueltas a un problema legal en tu ciudad, a las once de la noche, cuando los críos duermen, no se esperará a la mañana para comprar un periódico y cruzar los dedos en busca de un anuncio de un despacho. Buscará en internet.
Se meterá en un par de foros y hará un par de búsquedas para informarse sobre su problema en cuestión, y llegado el momento, buscará un abogado. Y si lo haces bien, tú estarás ahí. En realidad, puede incluso que lleguen a conocerte porque fuiste tú quien les proporcionó la información que necesitaban en un artículo de tu blog que encontraron por ahí, en Google, o en Facebook.
Y de nuevo, esa es otra: en internet existen muchas herramientas y canales diferentes por los que llegar al público, y de manera segmentada. Posicionamiento web, posicionamiento local, anuncios de AdWords y SEM en general, blogs, newsletters y email marketing, videos, redes sociales…
Se acabó lo de tirar el anzuelo (anuncio en un periódico) y esperar a que entre los miles de peces haya uno que se interese o te necesite en aquel momento.
En internet filtras, buscas solo a aquellas personas interesadas en un abogado, y puedes llegar a ellas de muy diferentes maneras. Sólo se trata de encontrar la mejor estrategia.

Crear un despacho digital es económico y puedes llegar a millones de clientes
Y todo esto puedes hacerlo sin tener que alquilar un local, y la inversión que ello comporta.
Por lo tanto, hay que hacerlo bien. Tomarse internet en serio. O estás, o no estás, las medias tintas no sirven. Hay que mimarlo como un segundo despacho en otra ciudad. Si encargas una web y lo dejas ahí, estás tirando el dinero. Si dices “bueno, vamos a probar un par de mesecillos de posicionamiento y si no tira, me paso a AdWords”, o “vamos a poner un perfil en Facebook porque todo el mundo lo hace”, no estarás tirando del todo el dinero, pero sí sacándole mucho menos partido del que le podrías y deberías sacar.
Plantéate tus objetivos. Pregúntate quiénes son tus clientes potenciales y cómo llegar a ellos. Qué herramientas serán las mejores, y en qué orden, y combinándolas cómo. Si no sabes, pregunta. Infórmate. Invierte en tu nuevo despacho de manera sensata.
Te va a costar muchísimo menos, y los resultados llegarán.
Porque esos clientes, sencillamente existen.
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Sobre el autor:
Francisco Segura es experto en marketing online con más de 15 años de experiencia en el sector. Creador de marketingeficazabogados.es, y otros servicios de marketing online.